miércoles, 16 de abril de 2014

Puntos de escape

Un horizonte tenue se ensanchará encima de los satélites
y sobre él se volcará tu esplendor humano
después de pender de las oquedades celestes
que nos sueltan
y nos dejan a merced del polvo y las simas.

Y cuando caigas y tu cuerpo quede vaciado,
como un amuleto quebrado que pierde su facultad de amparo,
navegarás sobre una laguna apacible
hasta llegar al principio del inframundo.

Mientras tanto,
el universo rechina con la furia de los silbatos,
y se ennegrece con la salida del sol.
Tu realidad se estrella en las palmas de mis manos,
que situadas en el infinito,
son los oráculos en los que tu andar queda atrapado
como en un espejo.
Hay un museo desierto junto al museo desierto de la alameda;
una terraza baldía junto a la terraza baldía en la que se despliegan
nuestros orbes;
hay un perro sin amo junto aquel perro sin amo
que merodea en la basura al anochecer.

Estás en dos sitios a la vez: te proyectas de mi silencio
hacia tus silenciados puntos de fuga.

Puntos de fuga
Fotografía tomada de http://hevidi.wordpress.com/

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