lunes, 14 de abril de 2014

Accidente vial

El asfalto le engulle en la plenitud del día.
Sus sandalias son nuevas sobre la vejez de la brea y la tierra.
Sus talones, esponjas blancas,
huyen del aceite que vierten los autos sobre la carretera
y del infierno lijoso que en ella se abre.
Una bocina insiste en gritar su nombre
y le convida adonde la negrura gobierna
y la memoria se ensombrece
con el dolor que se extiende sobre la acera.
La sangre deshace sus huellas al instante en que se voltea a buscarlas.
El sol es un eclipse que mutila los ojos de quien le mira
y las nubes, como telones opacos,
encierran pájaros y tormentas.
El tiempo es parecido a la muerte: perenne y llano,
y la llovizna que anticipa un diluvio
sabe a sidra de manzanas,
en el principio de una fiesta.

2 comentarios:

  1. Accidente vial sin duda retrata la inmundicia a la cual el ser humano ocasionalmente acoge para sí.
    Invierto demasiadas horas en la lectura de sus poemas, en la línea precedente a la antepenúltima, ¿la palabra llamo es un fallo?
    He consultado diversos diccionarios y en ninguno de ellos encontré adjetivo alguno que proveerá connotación sobre tal palabra.
    Luis Carlos Cisneros.

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  2. Gracias por su comentario, la palabra es: llano.

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